PRINCIPALES DISTINCIONES DEL COACHING ONTOLÓGICO

Las distinciones son una herramienta de intervención muy potente en los procesos de coaching. Y es que el lenguaje es un parte intrínseca a nuestros procesos de pensamiento, que nos permite, entre otras cosas, nombrar y dar significado a las cosas, distinguiendo también entre aquello que nombramos.
Cuando sabemos distinguir entre las cosas o los conceptos adquirimos un aprendizaje que nos permite ampliar nuestra mirada y modificar nuestras acciones. Los coaches buscamos que la persona adquiera la habilidad de ver las cosas de manera transformacional, y encontrar nuevas opciones y soluciones a las diferentes situaciones, por ello es importante conocer las distinciones del lenguaje.


Veamos las 21 principales distinciones desde los ojos del coaching:


– “Hechos” vs. “Juicios”: los hechos son situaciones o comportamientos observables por cualquiera que se encuentre en esa situación, sin una “interpretación” o “valoración” de los mismos. Los juicios son percepciones o interpretaciones. En este contexto ¿Crees que sería más sencillo observar sin juzgar para poder solucionar objetivamente desde la razón y no desde la emoción?

– “Compromiso” vs. “Obligación”( o “Tengo que” vs. “Quiero o necesito“): una cosa es hacer algo por obligación (y que aparece vinculado a frases como “tengo que”) y otra por compromiso (que está ligado a frases como “quiero hacer esto”)…..este último es voluntario, y el primero tiene una cognotación siempre negativa y de cansancio. Veamos la diferencia: ¿”Tengo que estudiar para no reprobar”? Obligación, a “Elijo estudiar para sacar buenas notas” Elección voluntaria.


– “Excelencia” vs. “Exigencia”: la exigencia supone exigirse a uno mismo unos resultados, la excelencia es prestar atención a las cosas para hacerlas lo mejor posible, utilizando nuestras mejores capacidades. La exigencia tiene que ver con el resultado mientras que la excelencia está ligada al proceso; en la excelencia no existe frustración.


– “Error” vs “Fracaso”: solemos ver los errores como fracasos. Esto tiene unas consecuencias muy importantes, pues no dejamos espacio para el aprendizaje, la apertura (el cambio) y la creatividad. Nos instalamos en el miedo y en el inmovilismo. Y cuando cometemos un error nos cuesta reconocer que nos hemos equivocado. Pero nadie alcanza un resultado sin haber cometido errores. Por ello los errores han de ser vistos como una parte del proceso, desde la aceptación y como una oportunidad para crecer.


– “Culpabilidad” vs. “Responsabilidad” (o “Victima” vs. “Responsable”): la responsabilidad es hacerse consciente de como influye mi comportamiento en otros o en las cosas, supone saber cual es el grado de responsabilidad que tengo en lo que ocurre, y asumir esa responsabilidad actuando en consecuencia…..La culpabilidad muchas veces es un mecanismo de defensa para liberarnos de la tensión que supone asumir nuestra propia responsabilidad y así buscamos las causas de las cosas que nos pasan fuera de nosotros. Cuando uno adopta el “rol” de victima uno no asume ninguna responsabilidad por su comportamiento. La victima pone el foco fuera de él, en las circunstancias o los comportamientos ajenos. Con esto no se quiere decir que las causas nunca puedan estar fuera…..pero incluso, aunque sea así, ¿que es lo que hacemos nosotros con lo que nos pasa?. Cuando uno es “responsable” asume la responsabilidad que le toca. Esto tiene una consecuencia importantísima: una mayor habilidad para encontrar respuestas.

– “Quejarse” vs “Reclamar”: la queja es improductiva, mientras que reclamar algo, de la forma adecuada, siempre es productivo. Quejarse, para uno mismo y ante los otros, no resuelve nada, conlleva emociones negativas, acusaciones, resentimiento, enemistad, desconfianza, mal ambiente, falta de motivación y de compromiso. Sin embargo, reclamar de forma adecuada (en el contexto y lugar más idóneos, escuchando también las razones que pueda tener el otro, sin carga emocional y buscando la solución y el acuerdo), genera todo lo contrario.


– “Sinceridad” vs. “Sincericidio”: ser sincero no significa decir todo lo que uno piensa, sino no decir lo contrario de lo que se piensa. Hay circunstancias en que hacer ciertas declaraciones supone exponerse a unas consecuencias que son negativas para uno mismo o para los demás. Ser sincero es importante pues existe una relación estrecha entre la sinceridad de una persona y el nivel de confianza que se tiene en ella. Sin embargo, ser un “sincericida”, supone muchas veces “exponerse” uno mismo o poner “en jaque” al otro, ir contra su identidad, traspasar los límites de la cordialidad y las buenas maneras, y poner al descubierto nuestra falta de empatía. Además, la sinceridad muchas veces está ligada a un juicio y, por tanto, al tipo de observador que somos.


– “Estado de Ánimo” vs. “Tendencia Emocional”: desde el punto de vista de la psicología, los estados de ánimo son transitorios, mientras que las tendencias emocionales son las formas habituales de responder emocionalmente. Todos experimentamos estados de ánimo y todos tenemos tendencias emocionales. Además, una tendencia emocional no es algo estático e irreversible. Saber distinguir entre lo que son estados de ánimo y tendencias emocionales es importante para manejar adecuadamente determinadas situaciones.


– “Ser” vs. “Estar Siendo”: al igual que hemos comentado con los estados de ánimo y las tendencias emocionales, “ser” tiene más que ver con la identidad y tiene una connotación estable. Al contrario, “estar siendo” es un estado transitorio, que implica una forma de ser en un momento dado. Las personas nunca somos de una determinada forma inamovible, sino que las personas estamos siendo de una determinada forma en un momento dado. Esto implica que estamos en continua evolución y cambio, auqnue a veces sin ser conscientes de ello. Apelar o hacer juicios sobre el “ser” es muy peligroso, porque entra de lleno en el terreno de la identidad, y no favorece el cambio.

– “Hacer” vs. “Ser”: muy relacionada con la distinción anterior, una cosa es lo que uno “hace” y otra cosa es lo que uno “es”. Y no es lo mismo “hacer” algo (o no hacerlo) en un momento dado que no tener la posibilidad de hacerlo nunca. En el coaching nos fijamos en lo que uno “hace” o “puede hacer” (o no hacer) en cada momento, y que se vería reflejado en sus conductas, pensamientos y emociones, y no en lo que uno “es”. Cuando tu “no haces” algo puedes tener la posibilidad de hacerlo en otro momento o contexto, mientras que cuando tu “no eres” no puedes elegir.


– “Ser” vs. “Tener”: una cosa es lo que somos, y lo que valemos por lo que somos y lo que podemos llegar a ser, y otra muy distinta es nuestro valor por lo que tenemos o lo que conseguimos.


– “Aceptación” vs. “Tolerancia”: la tolerancia, según Maturana, es una negación suspendida temporalmente. Suele conllevar una confrontación diferida en el tiempo. Supone la no aceptación de la legitimidad que tiene el otro, tiene una connotación de indulgencia, pues permito algo pero no lo apruebo. Sin embargo, la aceptación implica el reconocimiento de la misma legitimidad en el otro, aunque nos cueste entender, y no compartamos, como actúa, como piensa o como siente.


– “Dolor” vs. “Sufrimiento”: Buda dijo que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Muchas veces no podemos evitar el dolor, pero si podemos evitar el sufrimiento extra que añade nuestra mente, por su falta de ecuanimidad y visión clara, por sus apegos y sus aversiones, por su forma enquistada de reaccionar a lo doloroso.


– “Vivir en la Abundancia” Vs. “Vivir en la Escasez”: no vivir en la abundancia no significa vivir en la escasez, es importante diferenciar entre ambas necesidades. Se puede vivir en la abundancia y no ser nada feliz. De la misma manera, sin unas necesidades mínimas cubiertas también es difícil ser feliz y desarrollar las propias capacidades.

“Deseo” vs. “Necesidad”: no es lo mismo lo que “deseo” que lo que “necesito”. El deseo es algo legítimo pero el objeto del deseo no tiene porqué ser una necesidad para la persona.


– “Urgente” vs. “Importante”: no todo lo que es urgente es importante, ni lo importante tiene que ser urgente. Si algo es importante y urgente entonces tiene prioridad total.


– “Problema” vs. “Conflicto”: el que exista un problema puntualmente no significa que tenga que existir un conflicto, no significa que la relación con esa persona esté expuesta o en peligro. En las relaciones humanas existen problemas pero no siempre conllevan conflictos o son callejones sin salida. Además algunos problemas no tienen porqué verse sólo desde el lado negativo, hay que saber ver su lado positivo (si se instrumentalizan adecuadamente permiten aprender y ayudan a crecer).


– “Problema” vs. “Reto”: un problema tiene una connotación negativa mientras que un reto la tiene positiva. El problema supone una amenaza mientras que el reto supone una oportunidad. Hay personas que ven los problemas como retos en lugar de amenazas, como oportunidades para demostrase a sí mismas su capacidad de hacer frente a esa situación. Y es que ver las cosas como un problema o como un reto siempre depende del tipo de observador que uno sea. ….parece así más sabio enfocarlas como situaciones vitales, retos u oportunidades, y aprender del proceso….


– “Respuesta” vs. “Reacción”: la respuesta implica control emocional o autocontrol, cierto nivel de consciencia. Sin embargo, la reacción es impulsiva, automática, no conlleva autocontrol ni consciencia.


– “Ocuparse” vs. “Preocuparse”: cuando nos preocupamos le damos vueltas a las cosas, anticipamos consecuencias negativas, buscamos soluciones que no nos satisfacen y vivimos en un estado de ansiedad. Una cosa es ocuparse de las cosas o de las personas, y otra muy distinta es preocuparse por ellas. Hay personas que siempre andan en la preocupación y, sin embargo, no se ocupan de nada. Cuando nos ocupamos de las cosas, actuamos directamente o bien tenemos una hoja de ruta, un plan de acción, vemos posibilidades para resolver las situaciones.

– “Presente” vs “Pasado”: en muchas ocasiones nuestra mente nos lleva a ver que algo que ocurrió en el pasado está ocurriendo en el presente. Lo curioso es que al verlo así estamos favoreciendo que realmente ocurra, pues nuestro comportamiento lo acaba provocando. Es lo que llamamos “la profecía autocumplida”. Todo está en constante cambio, en continua evolución. Además, quedarse anclado en el pasado es totalmente improductivo, no resuelve nada.
¿Y tú tienes claras estas distinciones? Piensa en ellas, busca ejemplos de situaciones donde no distinguir entre una y otra ha tenido consecuencias indeseables, seguro que te resultarán muy útiles para comprender algunas de las cosas que te ocurren.

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